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Cronopio 9: Pepe, el ciclista

Según Cortázar "un cronopio es un dibujo fuera del margen, un poema sin rimas". En CP Mag una "entrada cronopio" consiste en una combinación de una imagen con un texto literario.

Montado en su bicicleta azul con pipas amarillas, Pepe sentía que el mundo se le agrandaba. Con Nene y otros amigos del barrio apasionados por el ciclismo salían a entrenar por las mañanas, bien temprano. Solían ir por la ruta, sin rumbo, hasta que se encontraban en la ciudad de Canelones, cuando no en San José, Florida o Lavalleja.

—¡Así que son ciclistas! —el vecino que regaba su jardín les permitió tomar agua de la que salía por la manguera y cargar las cantimploras para el regreso—. A mí me gustan más los caballos…

—La diferencia —respondió Pepe, mientras se mojaba la cabeza— es que esta anda más rápido y no come…

—¡Ah, no, capaz que no te come las piernas, no! —repuso Nene estirando sus músculos inferiores.

El paisano sonrió, miró la bicicleta de Pepe y le dijo:

—Mire, aquel que está allá es mi tostado —el caballo se veía corpulento y elegante.

—Muy lindo —lo halagó Pepe.

—¿Y sabe una cosa? —el hombre se acomodó la boina achatada—: A ese nunca se le pinchan las herraduras…

Pepe miró las llantas de su bicicleta y, apretando con el pulgar la trasera, lanzó la primera de unas cuantas puteadas.

—Ahora vuelvo —indicó entonces el paisano y salió hacia el fondo—; voy a traerles unas naranjas para que coman mientras ven cómo arreglan esa herradura de goma…

En estos viajes de tracción a sangre siempre surgían oportunidades para conocer gente. Pepe buscaba mejorar en lo deportivo, pero a la vez se iba enriqueciendo en lo social y cultural por el contacto con otras realidades. Disfrutaba del diálogo con los lugareños, aprendía de sus vivencias, se volvía a la casa del Paso de la Arena con una valija de experiencias que atesoraba en la mente y en el alma.

Había empezado a correr en la categoría «novicios absolutos» y buscaba ascender: novicios federados, tercera, segunda, y el soñado debut en primera. A ese lugar de privilegio se llegaba con mucho esfuerzo y Pepe debía repartir bien su tiempo, pues no podía abandonar sus tareas de agricultor y sobre todo de vendedor de flores, debía rendir en los estudios secundarios, seguía cultivándose en el piano y era ciclista.


Walter Pernas - Comandante Facundo

*efectivamente el Pepe del texto es el expresidente de Uruguay Pepe Mújica, ciclista en su temprana juventud.

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