Una de las historias de esos héroes anónimos que tanto nos gustan en CP Mag. David es un jubilado que no se ajusta a los tópicos. Windsurfista por más de 40 años, hace 7 u 8 que empezó en el kite.
En el vídeo (en inglés) nos habla emocionado de la muerte de su esposa hace 16 años. De cómo el cáncer se la llevó en apenas un par de días. Esa amarga experiencia cambió su vida y se propuso llenar cada uno de los días que le restaban de existencia puesto que, cómo el dice, nunca sabes lo que te puede traer el mañana.
El kite lo hace feliz, la sensación de volar en una nube, poesía en movimiento. Si el cielo es como eso, estaré feliz de ir, confiesa.
