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Historias: Arnaud de Rosnay

29 de Agosto de 1979, en plena guerra fría, un hombre pide a las emisoras de radio de la parte estadounidense del estrecho de Bering que envíen un mensaje dirigido a los soviéticos: "Arnaud de Rosnay cruzará el Estrecho de Behring en una tabla de windsurf. Llegará esta tarde a las aguas soviética esperando tocar tierra antes del anochecer en la costa de Siberia."

Sin visado, sin autorización, sin permiso y sin esperar respuesta. Con una vela cuyo diseño mezclaba las banderas soviética y estadounidense Arnaud se pone en marcha a las 10 horas y 15 minutos de la mañana. La apuesta es arriesgada, con una temperatura ambiental en torno a los 6º y una temperatura del agua rozando el punto de congelación está obligado a llegar a las costas de Siberia antes del anochecer. Lo contrario significaría la muerte.

Poco después de las 18 horas llega a su destino. Ha recorrido en torno a 125 Km en poco más de 8 horas. Los soviéticos, en el año previo a la organización de sus juegos olímpicos, se muestran comprensivos y un helicóptero militar acude a recogerlo.


Y es que Arnaud no era una persona que dejase a nadie indiferente. Hijo del cotizado pintor Gaetan de Rosnay, el Barón de Born, era un tipo extravagante. Miembro de la "jet" y asiduo en las publicaciones de la prensa rosa, fotógrafo de diversas revistas, pionero del surf en Francia y la costa vasca junto a su hermano Joel, leyenda del windsurf, inventor del skate a vela (speedsail) y del kitesurf. La del estrecho de Bering no era la primera de sus grandes travesías, ese mismo año realizaría meses antes la travesía entre Dakar y Nouadhibou (Mauritania), 1380 Km a bordo de un speedsail, el skate a vela que él mismo inventó, en medio del conflicto del polisario.

Su vida estuvo marcada por estos grandes retos. Al año siguiente, 1980, el 31 de agosto, se hace a la mar, con nocturnidad, para burlar la vigilancia de la Armada francesa. Su objetivo conectar las Islas Marquesas con la isla de Tahití. En torno a 1000 Km de navegación a bordo de una tabla de "windsurf" peculiar, modificada y diseñada por él. Acababa de inventar el kitesurf. Las autoridades pidieron la cancelación del proyecto pero una vez más Arnaud no hizo caso.

Fue una travesía muy dura. Se olvida de meter las gafas de sol en su equipaje y el sol del Pacífico le ciega, se encuentra con tramos de encalmada sin viento y sin poder avanzar, es atacado por tiburones. Estamos en la época anterior al GPS y la marina francesa lo da por perdido. Sin embargo, tras 12 días en el mar alcanza en condiciones bastante precarias el atolón de Ahe en las islas Tuamotu.

Podría pensarse que esta experiencia iba a hacerle replantear su forma de marcarse retos y de asumir riesgos pero no fue así. En enero de 1984, con su mujer embarazada de su hija se embarca en una travesía entre Florida y Cuba. Esta vez con permisos y barco de apoyo. A pesar de la mala mar consigue llegar a la Habada en poco más de 6 horas.

En julio de ese mismo año da otra vuelta de tuerca y se lanza a la travesía del estrecho de La Pérouse entre Hokkaido (Japón) y la isla de Sajalin (URSS) Una vez más ni soviéticos ni japoneses dan permiso para su reto. El año anterior se había producido un grave incidente en la zona cuando el Boeing 747 del vuelo 007 de Korean Air procedente de Nueva York fue derribado por la aviación soviética matando a 269 personas. La tensión política era extrema.

Arnaud inicia la travesía por sorpresa y tras una hora de navegación se ve rodeado por la niebla. A ciegas y luchando contra las corrientes tras 3 horas y media de navegación alcanza una playa desierta de Sajalin. Arnaud va en busca de alguien a lo largo de la costa hasta que al final se encuentra con los militares. Como sucedió en el 79 Arnaud es "repatriado" sin demasiados problemas.


Ese mismo año, tras el nacimiento de su hija Alize, decide poner fin a sus travesías uniendo China con Taiwan. Por desgracia si que sería su última travesía.

24 de noviembre de 1984, de nuevo sin autorización y por lo tanto sin barco de apoyo, a las 7:30 de la mañana parte, ante el asombro de los lugareños, para cubrir los 160 Km que separan las dos Chinas.

Nunca llegaría a su destino. Arnaud desaparecería en la primera parte de la travesía. Su cuerpo no llegará a ser encontrado. Quizás una personalidad así no pudiera tener otro final, convertirse directamente en leyenda. Desapareció como vivió, haciendo lo que más le gustaba, cuestionando el papel de las fronteras y las divisiones políticas, porque para algunas personas no hay patria más grande que la de los sueños.

Web oficial (en francés) mantenida por su hermano: www.arnaudderosnay.com

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