Marco Olmo, 20 MDS
- cpoutdoormag
- 5 abr 2015
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Ayer daba comienzo una edición más de la que probablemente sea la carrera por etapas más famosa del mundo, el Marathon des Sables o maratón de las arenas como también se le conoce. 30 ediciones se cumplen de esta carrera que discurre por los paisajes del Sahara marroquí. De ellas, en 20, ha estado presente un italiano flaco y desgarbado, con un aire que recuerda a Don Quijote. Marco Olmo, leyenda viva de las carreras y el trail, desde antes incluso de que el término trail se pusiera de moda.

Foto: Dryarn
A estas alturas poco se puede escribir que no se haya escrito ya sobre Marco. Nacido en 1948 en un pequeño pueblo de Alba, en el Piamonte italiano, lugar de origen también de la Nutella, los huevos Kinder y los Ferrero Rocher. De familia campesina, abandona la montaña a los 20 años para trabajar en una empresa de cementos. Comienza a correr relativamente tarde, a los 27 años, "cuando los otros lo dejaban" afirmaría. Primero como simple desafío, luego como auténtica pasión, aunque llegaría a confesar que su verdadero sueño eran los rallies y el motocross.
Vegetariano desde los 37 años, una forma de ver el mundo con otros ojos según él. Y el mundo presisamente se empieza a fijar en él en Sables cuando acude gracias a una invitación y termina subiéndose al podio. 3º con 47 años. Corría el año 1996, si a alguno ya entonces le parecía mayor no sabían lo que estaba por venir.

Repite puesto en 1997 y en 1999, sería su mejor posición en esta carrera. Quizás se mereciera algo más, habida cuenta de los rumores que afirmaban que ciertos competidores locales no portaban el peso mínimo en sus mochilas. Fundado o no, no lo sabemos.
Esos años demuestra su dominio del medio desértico con múltiples victorias en la Desert Marathon de Libia o la Desert Cup de Jordania, carreras que ya han desaparecido del calendario.

Fuera del desierto sus éxitos más destacados se vieron en el Ultra Trail del Mont Blanc con sendas victorias en los años 2006 y 2007, algo increíble para un corredor que ya rozaba los 60 años.
Su filosofía y su forma de competir supusieron (y suponen) una referencia para muchos corredores y aficcionados. En una época en la que el trail se encuentra viviendo un proceso de mercantilización, la indumentaria de Marco, aún con el apoyo de algunas marcas comerciales, no ha cambiado demasiado con el paso del tiempo, ni prendas de compresión, ni GPS, ni tejidos de última generación, ni zapatillas supertécnicas. Marco solía correr con zapatillas de asfalto (Mizuno, hasta que dejó de fabricarse su modelo predilecto), pantalón de atletismo, camiseta normal y corriente y reloj de manecillas. Incluso antes de que Raidlight sacara la mochila con su nombre usaba una que bien podría pasar por la que llevan(-ban) algunos niños al colegio.
"En la vida soy un vencido. Nací pobre y pobre sigo siendo.
Corro para resarcirme. Corro por venganza."
Cuenta Marco que aunque últimamente ya no suela ocupar las primeras posiciones, le gusta participar igual en las carreras. Que la salud y las ganas le siguen acompañando.

También lo acompaña su mujer, Renata, siempre que es posible, para darle ánimos y asistencia. Al principio no le hacía mucha gracia pero se acabó dando cuenta de lo importante que correr era para él y acabo convirtiéndose en uno de sus grandes apoyos.
En 2009 hicieron una película-documental "Il corridori", con cierto deje de amargura, sobre su vida. También hay un libro "Correre e' un po' como volare" que recoje su historia en conversaciones con su autor Franco Faggiani.
Hoy ha comenzado la Marathon des Sables y Marco ha terminado la primera etapa en 20ª posición. Dicen que en el desierto uno tiene menos necesidad de compañía porque se vive en constante contacto con el cielo. Quizás por eso, Marco, hombre solitario y silencioso, se siente como pez en el agua y podría decirse que ya forma parte del paisaje árido y seco, aunque bello, de Sables.

"…viven para aparentar, viven de y por lo que tienen. Yo no soy de ésos."