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Ryan Gambrell: el triunfo de la actitud.

No hace mucho, a través de una de las webs que más me gustan sobre el mundo del surf y derivados, The Inertia, descubrí la historia de Ryan Gambrell.

En una sociedad en la que parece que todos tenemos que ser altos, guapos, llevar vidas felices compartidas bajo filtros Mayfair de Instagram, encontrar gente que a pesar de tenerlo todo en contra se las apaña para vivir la vida que desea no sólo es admirable sino inspirador. La de veces que dejamos de hacer algo por creernos demasiado viejos, demasiado pequeños, demasiado débiles, demasiado gordos, demasiado torpes, demasiado flacos...

En esta entrada Ryan nos habla de surf pero hay mucho más...




"Mi historia de surf no es tan diferente a la de un montón de otras personas con las que crecí. Pero debido a mi estatura, estaba más cerca del nivel del mar que la mayoría. Y esta perspectiva me ha proporcionado aventuras y una visión de la vida que no cambiaría con nadie más."

-Ver lo que hay de bueno en cualquier situación, la clave de una buena vida.


"En el momento que estás en la cresta de una ola no importa tu estatura ni cómo te ves o lo que otra gente piensa de ti. El océano no se preocupa por ninguna de esas cosas. La ola va contigo o sin ti. Eres tú el que toma la decisión de subirte a esa ola."


La cosa podría quedarse ahí, y ya de por sí ser extraordinaria, pero Ryan no sólo es surfista, también hace triatlón, yoga, escala, ha sido campeón de EEUU de Karate en 6 ocasiones, escribe, da conferencias... Y todo ello a pesar que desde los 8 años sufre estenosis espinal que le provoca dolores crónicos en su espalda y en sus piernas.


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"Esto es importante para mí, porque si la gente pequeña es capaz de hacer surf, de correr maratones o de convertirse en médicos, abogados, maestros y artistas, se convierten en referencia para las personas jóvenes con enanismo que se preguntan dónde los llevará su vida."


En la vida no siempre podemos elegir lo que nos sucede, pero igual si podemos escoger entre quedarnos quietos, maldiciendo nuestra fortuna y quejándonos de las injusticias o, dentro de nuestras posibilidades, adaptarse y seguir luchando para llevar la vida que deseamos llevar.

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