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Hablamos con Pablo Cabeza: triatleta y entrenador.

Hablar de Pablo Cabeza Sánchez es hablar de una vida dedicada al deporte; atleta, maratoniano, triatleta, entrenador... A lo largo de su carrera el talaverano ha ejercido todos estos roles pero además ha desarrollado toda una filosofía de vida en torno al entrenamiento. Apasionado del entrenamiento en la naturaleza, seguidor de Percy Cerutty y Arthur Lydiard, lector incansable... con Pablo el tópico del deportista centrado únicamente en su desarrollo físico se desmorona. Escucharle resulta muchas veces un oasis de sensatez frente a la corriente imperante, que alienta una actividad física irreflexiva y un deseo de resultados rápidos. Hoy tenemos el privilegio de hablar de deporte y de vida con el gran Portsea.

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CP Mag: Hola Pablo. Muchas gracias por atender a CP Mag. La verdad es que tenía ganas de poder dedicarte una entrevista pues, aunque no he sido tu pupilo, ejerciste una gran influencia en mi modo de concebir el deporte, sobre todo en lo primeros años que hice triatlón. Tienes una biografía muy extensa pero si te parece podríamos empezar por los inicios del Pablo deportista. Empiezas en el atletismo con 18 años, creo ¿Cómo resultaron esos inicios? ¿Que es lo que te movió a elegir este deporte?

Pablo Cabeza: Hola. Gracias por dedicarme este espacio... la verdad es que de adolescente y joven estaba casi siempre buscando el aire libre y la naturaleza que me rodeaba para evadirme, no me gustaban los deportes de equipo y prefería concentrarme en el esfuerzo individual y en solitario. Andaba siempre de allá para acá fantaseando. Me considero un ser social necesitado de la soledad para realizarme. En la soledad , en el entrenamiento en solitario se encuentra pureza y realidad, algo que cada vez es más difícil de hallar. Yo ya entonces lo percibía. E incluso de adolescente solía escaparme a los montes cercanos a mi casa con algunos amigos simplemente por el placer de correr ó caminar en libertad.


En el atletismo de mediofondo y fondo que entonces comencé a practicar encontraba la pureza y la cultura del esfuerzo que yo mismo había idealizado, así que lo comencé a vivir como algo propio.


"en el entrenamiento en solitario

se encuentra pureza y realidad"

Año a año vas ampliando las distancias y acabas convertido en maratoniano. Llegas a hacer una marca muy respetable de 2h29' ¿Que supuso el maratón para ti? Por cierto ¿donde hiciste la marca?

P.C: La verdad es que algo que pocos saben es que corrí mi primer marathon con 21 años. Fue un poco osadía y aventura, pero enseguida volví al mediofondo, 800 y 1500 corría en aquella etapa. Hacia una distancia larga los domingos porque me encantaba salir temprano con los corredores populares y perderme por los caminos. Fue en Mapoma en 1984 e hice 3horas 00' 11'', y acabé en la camilla de asistencia con oxígeno. 9 años después, en 1993, hice 2h29'48'', ya entrenando como maratoniano en San Sebastián, aquel año fue Copa del Mundo de Marathon y salimos detrás de las selecciones nacionales. Recuerdo pasar muy rápido para mi el medio marathon, 1h. 12', en la segunda media lo pagué un poco pero pude bajar de 2h. 30', que es una de las míticas barreras para los atletas amateurs enfrascados en esta distancia.

Y llega el año 97 y descubres el triatlón. De aquella era un deporte que aquí en España estaba prácticamente en sus inicios, debutas en una prueba ya clásica como Pálmaces ¿Que recuerdos guardas de aquellos primeros triatlones y de aquella época?

P.C: Entonces el triatlon era como una aventura, yo al menos así lo sentía. Yo venía de un deporte muy reglado como el atletismo, entonces el triatlon era algo distinto al de ahora, y los practicantes salvo excepciones no tenían el concepto de entrenamiento sistematizado. Yo, que siempre fui disciplinado con mis entrenamientos lo trasladé al triatlon y fui sistematizando los míos y los de los triatletas de mi entorno, así que casi enseguida comencé a estar en puestos destacados y a encontrar motivación de juvenil, pues , si ya estaba estancado como corredor, aquí vivía una segunda juventud y progresaba día a día. Guardo gratísimos recuerdos de aquellos días.

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"Entonces el triatlon era como una aventura"

Y finalmente llegas al Ironman, la distancia reina del triatlón. Llegas a completar 15 pruebas de la distancia, incluídas 2 presencias en Hawaii, la meca de este deporte. Cuéntanos como fue tu debut y que supuso para ti esas primeras experiencias de finisher.

P.C. Mi debut fue en Lanzarote 98. Viajé con un pionero de Talavera, José Antonio González Gordillo, él en gran medida fue el que me metió el veneno de Hawaii en las venas, y desde el principio confíaba en mi y me decía que me tenía que clasificar para Kona... yo no le tomaba muy en serio, pero era tan entusiasta que te contagiaba.


Pese a que fue mi primer Ironman, mi experiencia en el atletismo de fondo y mi capacidad de entrenamiento adquirida hizo que entrenara muy duramente , y así en mi debut fui en aquel Lanzarote el único español que logró la plaza para Kona. Eran otros tiempos. Ahora el ramillete de españoles para Hawaii en Lanzarote es amplio, pero entonces fui casi agasajado por las tres decenas de españoles competidores en la isla y muy reconocido, eso me enorgulleció, y recompensó todos los esfuerzos y desvelos... entonces entrenaba prácticamente solo muchas horas a la semana, por eso ahora me sorprende el cambio de actitud de muchos, que mendigan las grupetas para poder entrenar.


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Siendo castellano-manchego hay dos archipiélagos que han marcado tu vida, uno de ellos son las Islas Canarias; Lanzarote, Pozo Izquierdo... y el otro Hawaii. Ahora acabas de comenzar una aventura profesional-personal en las primeras pero hablemos un poco de Hawaii. Has estado dos veces, de la segunda vez aún conservo la camiseta que hiciste para ayudarte a sufragar gastos. Hablanos un poco de tus experiencias en las Islas del Aloha, que supuso para ti.

P.C. La primera vez lo disfrutas deslumbrado. No te da tiempo a saborear cosas que más tarde añoras no haber podido paladear más intensamente. Pero en la primera de mis participaciones pude compartir la experiencia con triatletas internacionales de gran bagaje como Matias Llobet, Edu Arenal y la catalana Veronica Roldán. Vivimos juntos todos los españoles en el mismo apartamento. Fue genial y revelador.


Nueve años después, en 2007 volví con mi gran amigo Carmelo Ruiz, que fue mi mejor ayuda, compañía y apoyo, sobre todo teniendo en cuenta que él es un gran amante de este deporte, (el español con más finisher en la isla de Lanzarote) Disfrutamos muchísimo de la previa, el día de la competición y nos perdimos por la isla los días después. Un viaje que siempre recordaré. Vivimos el Ironman intensamente.

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Desde los 25 años comienzas a formarte como entrenador, llegando a labrarte una destacada carrera con pupilos como David Arroyo, Álvaro Bautista y decenas de deportistas, tratletas, atletas, ciclistas, etc. Recientemente has participado en las jornadas que organiza la FETRI. De donde surge esa vocación de transmitir tus conocimientos ¿la has tenido siempre o llega por la percepción de que enseñar es la mejor manera de seguir aprendiendo?

P.C. Entrenar es vocación. Siempre decimos que es arte y ciencia, y así es en esencia, pero sin vocación y sin capacidad creativa no existe el entrenador. Mis comienzos fueron esencialmente vocacionales, recuerdo sentarme en un viejo tronco de arbol en un bosque de ribera cercano a mi casa en Talavera, y allí, en circuitos que yo mismo diseñaba, controlaba en tardes de primavera y verano los entrenamientos de decenas de corredores de fondo entonces... eran finales de los años 80. Aun hoy , aquellos corredores de entonces suelen seguir paseando ó corriendo en aquellos lugares, hoy ya son algunos muy mayores, jubilados, y para mi es emotivo cruzarme con ellos y conversar y sentir el entusiasmo y pasión de entonces que aún no ha muerto.

Es innegable la influencia de entrenadores como Percy Cerutty en ti, hasta el nick por el que se te conoce en internet, 'Portsea', es el lugar donde entrenaba a Herb Elliot y su grupo, la famosa imagen de las dunas. Percy tenía una filosofía muy particular, una mezcla de principios estoicos y espartanos. Se decía que los atletas llegaban a Portsea a correr más rápido pero acababan obteniendo una educación en lo que era la vida ¿es lo que has intentado inculcarle a tus atletas?

P.C. No todo el mundo capta ó se empapa de lo que el entrenador quiere ó busca transmitir. Pero estoy orgulloso de que muchos de mis deportistas capten mis mensajes. Esos mensajes, a veces en clave, que no todos entienden, ni tienen el carácter o la perspicacia de captar. Se empieza a entrenar para mejorar, para alcanzar un reto, pero al final se trata de que el deporte que se realiza , en este caso un deporte de resistencia, se convierta en filosofía de vida, en una forma de entender la existencia. Así lo entiendo. De nada sirve correr muchas millas si las 22 horas restantes del día a lo largo de muchos años no se vive y se entiende la vida como atleta.


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"Al final se trata de que el deporte que se realiza

se convierta en una filosofía de vida"

Hoy en día el triatlón y los deportes de resistencia en general están viviendo un boom. No sé si tienes la percepción de que con la llegada de más practicantes se ha perdido la esencia original. El otro día leía a un pionero del skate en Galicia afirmar “Creo que las actividades en dónde una parte importante del disfrute está en las sensaciones que uno siente, se convierten en menos agradables cuando hay una multitud de gente queriendo hacer y/o sentir lo mismo que tú” ¿que opinas?

P.C. No estoy del todo de acuerdo. Eso sucede cuando tú estás demasiado pendiente de lo que los demás hacen. En este caso, yo siempre he tratado de seguir mi camino y marcarme y marcar a mis acólitos unas pautas y unos criterios, aconsejando. Las sensaciones son únicas e intransferibles. Que otros sientan algo parecido es una comunión, y por tanto debe ser satisfactorio. Todo lo contrario a esto es puro egoismo.

También escuché al alpinista Simón Elías comentar algo así como que en vez de llevar los aspectos positivos del alpinismo a la sociedad, estaba ocurriendo lo contrario y los vicios de la sociedad se estaban llevando al alpinismo. Trasladado al mundo del triatlón y del deporte de resistencia en general personalmente veo cada vez más actitudes que me disgustan, desde la generalización del drafting en pruebas donde no está permitido, hasta la aparición de casos de doping o mismo esa obsesión por el resultado frente al camino recorrido ¿crees que hay una falta de cultura deportiva? ¿que es lo que falla?

P.C. Esto en cierta manera es cierto. Hay una falta de valores lamentable. Muchos quieren subir al Everest sin importar cómo y esto es deplorable. Lo importante es el camino que se recorre, la meta es la guinda, pero lo que hacemos para llegar es lo que en esencia vale y nos hace mejores seres humanos.

Puede que la cultura a nivel global haya mejorado, pero lo que hemos perdido en el camino ha sido el deseo y el gusto por el puro esfuerzo. En mi etapa de atleta aprendí que para arañar un segundo al crono debías amontonar muchísimo trabajo, doblar sesion díariamente, sudar sangre si era necesario, y un solo segundo en el tartán justificaba años de esfuerzo. Esa cultura del sacrificio a nivel global ha caído en desuso, salvo las claras excepciones, pero estas casi siempre están justificadas por una recompensa social ó material... y nosotros sentíamos que lo hacíamos por nada, solo por nosotros mismos... y creo que esto en gran medida se ha perdido. Es una consecuencia del desarrollo y evolución socioeconómica y es dificil de valorar ó cuantificar, pero es así.

"hemos perdido el deseo

y el gusto por el puro esfuerzo"

Para acabar, háblanos de tu nuevo proyecto en las Islas Canarias.

P.C: Si perdemos la ilusión ó la motivación es mejor que nos dediquemos a otra cosa, pero no a entrenar. Para ser entrenador hay que tener pasión. Distintas circunstancias de mi vida habían hecho que perdiera cierta parte de mi motivación por entrenar en los ultimos tiempos. Entre otras cosas, un entorno que se había vuelto un tanto hostil, envidias, acosos, sucios descréditos que consideraba injustos, y pese a que mi grupo de trabajo en Talavera era amplio y suficiente para mantener mi status vital, tuve que ser honesto conmigo mismo y hacer una reflexión. Decidí apostar por la pasión y busqué pureza. En Gran Canaria, en el Sur de la Isla, tengo naturaleza, clima, recorridos, entornos inmejorables, ilusión en la atmósfera, grandes amigos y un proyecto. Estoy en pleno desarrollo de un pequeño centro de entrenamiento, con sala de entrenamiento funcional, sauna, baño turco, pileta de recuperación y jacuzzi, Club de Triatlon y futura Escuela, y pretendo desarrollar durante los próximos años una oferta de Training Camps. Mi enfoque es que el Sur de Gran Canaria, aquel que descubrí a primeros de la pasada década para el triatlon español con los Campus de Pozo Izquierdo, es el paraiso europeo para el entrenamiento de nuestro deporte y como tal lo quiero vender y promocionar. Quiero estar años aquí y poder disfrutar de este lugar , el deporte y de la vida en general y de esa filosofía que siempre he defendido y ojalá pueda lograrlo.

Muchísmas gracias Pablo. Te deseo toda la suerte del mundo en esta nueva aventura.

+Personal:

Un libro: Montañas de una Vida de Walter Bonatti.

Una película: Memorias de Africa.

Un animal: La gaviota.

Tipo de música: New Age.

Alguna manía antes de competir, amuleto..: Una pulsera

Una bebida: Agua con gas

Una comida: Ensaladilla rusa.

Una persona que admires: Hace doce años te hubiera dicho Lance Armstrong.

Tu asignatura preferida en el colegio: Historia.

Un sueño: Envejecer disfrutando de la naturaleza, sintiéndome satisfecho por haberme esforzado lo suficiente en la vida.

Un lugar para perderse: Venecia.

Un miedo superado: Lo que la gente pensará de ti.

Una frase que te motive: Training hard or go home!

Más sobre Pablo en su web: www.pablocabeza.com

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